¿Qué es la infertilidad?

La infertilidad involuntaria es una enfermedad del aparato reproductor: la incapacidad de que una mujer se quede embarazada cuando desea. La imposibilidad de procrear involuntaria es la incapacidad de tener los hijos deseados, ya sea porque la mujer no se queda embarazada, porque da a luz a un mortinato o porque tiene un aborto espontáneo. Estas circunstancias se dan en parejas que nunca han tenido hijos (infertilidad primaria) y, con más frecuencia, en parejas que han tenido hijos anteriormente (infertilidad secundaria). La infertilidad se “define como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses de relaciones sexuales regulares sin protección” entre un hombre y una mujer (Por término medio, 85% de las mujeres se habrían quedado embarazadas para entonces).

En todo el mundo, la infertilidad afecta a cerca de 12% de parejas que quieren tener un hijo: aproximadamente 2% que nunca han tenido hijos y cerca de 10% que ya han tenido algún hijo. Hay diferencias entre las regiones.

En algunos países o comunidades, la infertilidad o la imposibilidad de procrear pueden tener consecuencias drásticas, sobre todo en las mujeres, pero también una repercusión importante en los hombres. Entre estas consecuencias se encuentran las privaciones económicas, el divorcio, el estigma y la discriminación, el aislamiento, la violencia de la pareja, el asesinato, los trastornos de salud mental y el suicidio.

¿Qué causa la infertilidad?

A nivel mundial, la infertilidad tiene muchas causas, que varían según el entorno. Aunque a menudo se culpa a la mujer, la causa de la infertilidad puede estar en el hombre, en la mujer o en ambos.

Desde el punto de vista médico, las causas de la infertilidad van desde los efectos de las ITS en uno o ambos miembros de la pareja hasta los desequilibrios hormonales y los defectos del útero en las mujeres, y la cifra baja de espermatozoides y las alteraciones de la movilidad y la morfología de los espermatozoides en los hombres. Entre los factores relacionados con el modo de vida que influyen se encuentran el tabaquismo, el abuso de drogas, así como la obesidad y las carencias nutricionales. También se sospecha que pueden influir la exposición a sustancias químicas en el medio ambiente que alteran el sistema endocrino, así como otros factores ambientales y relacionados con el estrés.

En un gran estudio de la OMS realizado a finales de la década de 1970 se encontró que las ITS eran una de las principales causas de infertilidad en los países en desarrollo. No se sabe en qué medida influyen las ITS actualmente.

Sin embargo, hay datos probatorios claros de que la gonorrea y la clamidiasis, si no se tratan, pueden provocar en la mujer una infección de las trompas de Falopio, el útero y los ovarios. A esta afección se la conoce como enfermedad inflamatoria pélvica (infección del aparato genital femenino). La enfermedad inflamatoria pélvica clínica es dolorosa, pero algunas veces es asintomática y pasa inadvertida (enfermedad inflamatoria pélvica silente). La gonorrea y la clamidiasis pueden producir cicatrices en las trompas de Falopio, impidiendo que los óvulos avancen por las trompas para encontrarse con los espermatozoides. De igual modo, en los hombres, la gonorrea y la clamidiasis no tratadas pueden producir cicatrices y la obstrucción del conducto espermático (epidídimo) y la uretra (véase Anatomía femenina, and Anatomía masculina).

Otros factores, afecciones o circunstancias que pueden reducir la fertilidad o producir infertilidad son:

  • otras infecciones del aparato genital, incluida la tuberculosis genital, tanto en los hombres como en las mujeres;
  • la infección por el VIH;
  • procedimientos médicos que dan lugar a infecciones en la parte superior del aparato reproductor o útero, incluidas las infecciones posparto y postaborto;
  • parotiditis (paperas) que tienen lugar después de la pubertad en los hombres;
  • ciertos trastornos del aparato reproductor, como la endometriosis, los ovarios poliquísticos y los fibromas (miomas);
  • problemas anatómicos, endocrinos, genéticos o del sistema inmunitario tanto en los hombres como en las mujeres;
  • intervenciones quirúrgicas que afectan negativamente a los tejidos o los órganos reproductores;
  • tratamientos del cáncer que afectan a la salud reproductiva y a la capacidad de reproducirse;
  • el envejecimiento, tanto en las mujeres como en los hombres.